
Reconozco que me encanta hacer cambios de vez en cuando. Supongo que es una manera de luchar contra la rutina. Mi madre lo sabe. Cada equis meses me dedico a cambiar la decoración de mi dormitorio. No es nada del otro mundo: cambiar los libros de estantería, las películas, las revistas de cine, mis peluches (que tengo un montón...; me encantan), los muñequitos (algún día hablaré aquí de mi dormitorio, donde me da miedo que entre mi sobrina pequeña), los cedés...
También a veces me da por cambiar el diseño de
mi página web, así que ¿por qué no iba a hacer lo mismo con este blog? Me gusta meterme a hacer experimentos con los diseños. Y aprendo a manejar estas cosas..., cargándomelas muchas veces. Pero... ¿no hemos aprendido todos así desde pequeñitos?
Comentarios
Un beso
María Jesús