La Braulia

La Braulia es sensual, de curvas sinuosas y suaves. Cuando la acaricio ella entona melodías que me relajan, o me levantan el ánimo, o me ayudan a llorar. Siempre está cuando la necesito y nunca pide nada a cambio. Lleva conmigo tantos años que ni siquiera recuerdo cuándo estuvimos juntos por primera vez, pero sí estoy totalmente seguro de que me ha visto crecer. Ella también va teniendo ya las cicatrices del tiempo marcadas en su cuerpo, pero sigue siendo tan brillante y sensual como cuando era más joven. Esta es la Braulia:

Sí. La Braulia es mi guitarra española. Con ella empecé a tocar la guitarra. La primera canción que aprendí recuerdo que fue el Let It Be de los Beatles, y después So Far Away, por supuesto de los Dire Straits. Fue un regalo de Reyes de mi padre. Yo tenía una guitarra vieja, rota, con el cuerpo cosido a base de papel de pegar de ese que asemeja a madera, porque alguien la dejó caer o la pisó por accidente. Y con catorce o quince años, creo, mi padre me regaló la Braulia.

¿Porqué se llama Braulia? Pues si Raimundo Amador tiene a Gerundina y el gran B.B. King tiene a Lucille, mi amigo Santi, que también toca la guitarra, pensó que la mía se podría llamar Braulia, igual que la suya se llama Jerónima. Fue una tarde de bromas, pero se le quedó. Y desde entonces no hablo de mi guitarra española, sino de La Braulia.

Ahora la tengo algo abandonada porque hace un par de años llegó a mi vida la Sharini, pero, como diría Michael Ende, esa es otra historia que será contada en otro momento. Sin embargo, a veces la cojo y le digo, "Braulia, vamos a hacer que te dé un poco el aire, ¿vale?" Y hablamos un rato. Me llevo bien con ella porque no es celosa. Sabe que es la primera y que siempre estará presente en mi vida. Además, la Braulia tiene un adorno que no tiene ninguna otra. Una marca que la hace más especial: está firmada por Carlos Goñi, mi músico español favorito. Éso la hace irrepetible. Éso y el montón de sentimientos míos que guarda en su inmeso corazón de madera; tan infinito casi como la música.

Comentarios

La Dama Zahorí ha dicho que…
A ver, Juanma, que me va a dar algo. No he leído ni el post. Es que he visto la foto y he pensado...a ver...

No me digas que tú eres el chaval que entró la tarde del 17 de octubre de 2002 en el Corte Inglés de la Plaza del Duque con la guitarra debajo del brazo...que es que ¡¡yo te ví... y encima me acuerdo de tí!! Fuiste el único que llevó guitarra. Hubo poquita gente, pero fue todo muy bonito. Yo esperé allí varias horas (me fui directamente desde la facultad) Tú llegaste cuando ya habíamos empezado, y estuviste un rato hablando con Carlos, tanto que yo pensé que eras su amigo, o algo así, además que el colega se rió contigo y todo...De mí no te acordarás, pero yo era la chica del pelo larguísimo que llevaba vaqueros, una blusa hippie blanca con bordados azules y unos pendientes grandes con cascabeles diminutos en rosa. No sabes cuánto te envidié en ese momento, porque yo hubiera querido quedarme más rato hablando con él pero no fui capaz por la vergÜenza que me daba...

Olé Juanma...!!!!!111
Juanma Suárez ha dicho que…
Pues, sí, supongo que era yo. La verdad es que apenas recuerdo nada de aquel día, salvo a una chica que había delante mía y que le pasó el móvil a Carlos para que hablase con su madre. Recuerdo, además, que después de mí había poca gente, porque yo llegué y y había empezado, es cierto.

También recuerdo que le dije a Carlos cuando me senté a su lado: "Aquí, como todo el mundo te trae discos y fotos para que se los firmes, yo he sido más original y te he traido mi guitarra" (no recuerdo si le dije que se llamaba Braulia, supongo que no, porque no era muy consiente de qué estaba haciendo. Estaba muy nervioso). Por supuesto, también me firmó el disco. Y poco más recuerdo de aquéllo. Tengo muy mala memoria para recordar fechas, datos y acontecimientos en mi vida, incluso para los que creo importantes.

Con Carlos y las firmas de discos tengo alguna anécdota más, pero ya la contaré algún día. Seguramente habremos coincidido en algún otro lugar común con el señor Goñi.

En cuanto a mi amistad con Carlos, no te preocupes: no la hay, jejejeje. Puedes olvidarte de tu "envidia"... Un saludo y gracias por estar por aquí.