Los padres

Sé que tengo pendiente una entrada con una Dama, pero hoy necesitaba escribir ésto. ¿Porqué? No lo sé. Y tampoco sé desde qué punto de vista enfocarlo, así que será un lo que salga..., cosa que, por lo general me gusta.

...y es que a los padres les debemos todo. Desde la vida, el don más preciado que nos regalan, hasta la forma en que nos cortamos las uñas de los pies. Y a veces no llegamos a entender esos berrinches que cogen con nosotros cuando no les hacemos caso, porque pensamos que quieren imponernos su forma de pensar. Y no entendemos que un padre nunca impone, porque las imposiciones con amor no son tales; son, simplemente, palos pintados de rojo en un camino nevado. Un camino que ellos ya han recorrido y conocen.

También, está claro, que su perspectiva puede ser distinta; que el punto de vista que usan puede diferir un poco del nuestro porque los momentos y las circunstancias son distintos. Pero el hombre lleva miles de años sobre la tierra, y su comportamiento, en líneas generales, sigue siendo el mismo; por éso, ¿porqué no escuchar a quien lleva más tiempo aquí que nosotros?

En fin. La verdad es que, tratándose de una entrada con el título de ésta, tendría que haber escrito algo con más poesía, con más luz..., pero ha salido ésto. Es simplemente un instante personal plasmado en unas pocas líneas. Prometo hacerlo mejor, y con más elegancia, la próxima vez.

Comentarios

La Dama Zahorí ha dicho que…
A tu texto le sobra poesía, luz y elegancia, y está lleno de sentido común, como todo lo que escribes. Si te lo propones, puedes llegar a ser un estupendo ensayista. Tus textos me recuerdan a las "Cartas Marruecas" de Cadalso: su diafanidad, didactismo, concreción, amenidad... un lujo para el entendimiento. Eso en cuanto a la forma.

REspecto al contenido, es un tema que duele. El maldito "EL Dorado"... qué se puede añadir sobre ello. Es un tema sobre el que reflexiono a menudo, pero las conclusiones que saco creo que no se pueden considerar.
Luis y Mª Jesús ha dicho que…
Muchísimas gracias por tu comentario, aunque no me lo merezca me sube el ánimo.
Que pena que a las conclusiones de tu post solo lleguemos de mayores. A mi me gusta razonar cuando aconsejo o mando algo a mis hijos y cuando la cosa se pone cruda les pregunto que creen que quiero conseguir con lo que propongo, ¿mejorar yo o que mejoren ellos?, a veces les convenzo.
Hace unos días una amiga mía se quejaba de que los del Opus Dei son unos pesados, la respondí, "si, están empeñados en salvarnos", desde esa perspectiva las cosas se ven distintas y se agradecen.
Un abrazo
María Jesús
Juanma Suárez ha dicho que…
LAURA, yo creo que todos buscamos "El Dorado" de una forma o de otra, pero a veces sucede que no nos dejamos ayudar por quienes llevan más camino andado que nosotros. En cuanto a tus halagos, gracias, pero creo que te excedes un poco, jejeje. ¿Cadalso? Uff... "cuán largo me lo fiais"...

LUISA, tus hijos seguro que piensan como yo, lo que pasa es que en el "contrato" de hijos, firmamos una cláusula que dice que no se debe notar casi nunca que pensamos igual que nuestros padres.

MARÍA JESÚS, me apunto lo de "están empeñados en salvarnos". Al final yo creo que lo que llega más hondo a esas personas es el ejemplo más que las palabras; como los padres y los hijos: siempre terminamos copiando el comportamiento de nuestros padres en lo que consideramos bueno. Lo malo, siempre es cosecha propia.